El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

15 diciembre 2010

Perro o gato


La cuestión es elemental. Cuando uno va de caza, se lleva el perro, pero si no tiene perro y tiene un gato, se lleva el gato a la cacería. Otra vez ha sido Mourinho, sin pretenderlo, quien mejor ha sabido definir el debate interno que se vive sobre el liderazgo del PSOE, si va a repetir Zapatero, si eso es lo conveniente o si debe ser el vicepresidente Rubalcaba quien asuma la candidatura socialista en las próximas elecciones. Ha sido otra vez Mourinho, sí, como aquella vez que, en el cambio de gobierno de Rodríguez Zapatero, afirmó lacónico que, ocurra lo que ocurra, mañana será miércoles. Y así fue: Zapatero modificó su Gobierno y la expectación, la novedad, se esfumó a la velocidad con la que pasa una tormenta en un vaso de agua. Volvió a ser miércoles, que es un día insustancial de la semana, un día sin fronteras ni desahogos de festivos, un día sin descanso, un día cualquiera en el que los problemas se enrocan en la única realidad que existe, el de un país inmerso en una grave crisis económica de la que todavía no sabe ni cómo ni cuándo va a salir.

Cualquiera sabe que, en política, cambiar a un candidato a pocos meses de las elecciones, un año antes de las urnas, es una decisión fatal: una jugada de perdedor, un movimiento estratégico que nace de la desesperación. Si resulta, además, que el candidato que se piensa sustituir es presidente del Gobierno y secretario general del partido, la determinación de cambiarlo por otro en puertas de unos comicios adquiere ya un carácter casi dramático, porque se descabeza lo poco que se tiene y se envía al electorado un mensaje fatal de inseguridad, de convulsión interna, de nerviosera. Si a todo eso se le añade, finalmente, que el elegido para el relevo no es ningún líder nuevo, que aporte frescura y sea capaz de generar ilusiones nuevas, de aglutinar a los desencantados, a los apáticos; si la alternativa es un miembro de la ‘vieja guardia’ de ese partido, que ya estuvo en el Gobierno hace dos décadas, entonces la única explicación posible es ésta que aporta Mourinho: un partido político de gobierno siempre quiere presentarse a las elecciones con un candidato de raza. Pero si no lo tiene, entonces acude a lo primero que encuentra. Rubalcaba es un gato viejo, Zapatero es un perro amortizado.

Porque ¿alguien piensa de verdad que Rubalcaba puede ser un cabeza de cartel para ganar las elecciones? No, claro. Si Rubalcaba acaba siendo candidato del PSOE en las próximas elecciones generales –hipótesis que me parece descabellada–, sólo puede obedecer a una realidad estadística que desconocemos: que la debacle del PSOE es mayor de la que se piensa. Claro que, si sale adelante esa jugada estratégica, a ver quién defiende luego que en Andalucía, con José Antonio Griñán desplomado en las encuestas (con 15 puntos perdidos en un año con respecto a su rival, el PP, que ya se coloca con claridad a la cabeza de todos los sondeos), el PSOE no debe actuar de la misma forma. A ver quién se opone entonces a que, ahora sí, sea María del Mar Moreno la que haga las veces de Rubalcaba en el PSOE andaluz para intentar parar la sangría de votos.

Ocurre, sin embargo, que el paralelismo de Rubalcaba no hay que buscarlo en Mar Moreno, sino con el propio Griñán, que ya sustituyó a Manuel Chaves cuando las encuestas comenzaban a ofrecer los primeros síntomas de agotamiento del PSOE-A. También Griñán es un gato viejo, como Rubalcaba. Lo cual, que la moraleja de la fábula de Mourinho, parece clara: te pongas como te pongas, los gatos no sirven para ir de cacería. Porque sólo cazan ratones.

Etiquetas: , , ,