El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

12 noviembre 2010

El alquimista



La primera historia con la que se tropezó el alquimista de Coelho en su viaje fue la de Narciso. En la caravana, alguien trajo unos libros que el alquimista comenzó a hojear. Le sorprendió en uno de ellos la historia de Narciso, porque no era como se la habían contado a él: el joven bello que todos los días se asomaba al lago para ver reflejada su belleza en sus aguas cristalinas hasta que un día se precipitó y murió ahogado. La versión que sorprendió al alquimista era distinta, era de Oscar Wilde: Narciso acudía cada día al lago a contemplar su belleza y un día murió ahogado, sí, pero lo que ocurrió después es que unas diosas del bosque se quedaron atónitas al descubrir que el lago se había transformado tras la muerte. Ya no era de agua dulce sino de agua salada, porque todo el lago se puso a llorar la pérdida de Narciso. Las diosas se acercaron para compadecerlo. «Sabemos cuánto echas de menos su belleza…» «¿La belleza de Narciso?», repuso el lago, desconcertado. «No, no, yo no lloro por Narciso. Ni siquiera sabía que fuera bello. Yo estoy llorando porque cada día, cuando se acercaba, yo veía reflejada mi belleza en sus ojos. Y ya no puedo».

Ayer, al comenzar la sesión de control del Parlamento de Andalucía, el portavoz de Izquierda Unida invocó al alquimista y al presidente de la Junta se le puso la cara del personaje. Era imposible mirar a Griñán y no verle un aura extraña; no era exactamente un alquimista pero sí combinaba destellos diversos de un mago o un prestidigitador o quizá de un simple embaucador de crecepelos. «Convierte usted lo blanco en negro», le dijo el portavoz de Izquierda Unida. «Tiene usted una habilidad extraordinaria, le preguntan por la pobreza andaluza y contesta con las tensiones financieras de la economía china», abundó el líder del PP andaluz, Javier Arenas. Lo curioso es que Griñán no sólo no se molestó por esas alusiones, sino que las admitió: «Sí, soy habilidoso», vino a decir al comienzo de una de sus intervenciones. Y de hecho, mantuvo sin variar el rumbo desconcertante de su discurso. ‘Hoy es jueves, pero está lloviendo en Michigan’.

La cuestión es que Griñán es ya un político distinto a cuando llegó a la Junta; tras aquella primera fase en la que quiso presentarse como un presidente nuevo, distinto, con un discurso de apertura, ha optado ahora por el absurdo para solventar los trámites parlamentarios. Ayer, por ejemplo, que le preguntaban por el aumento del paro y de la pobreza en Andalucía, estableció el siguiente silogismo: Como la economía china utiliza una moneda devaluada, las regiones europeas no pueden competir en igualdad de condiciones, razón por la cual Andalucía tiene problemas. Sólo había que recordarle al presidente que el argumento sería perfecto si los problemas de la economía andaluza no se remontaran a la época de Mao Tse-Tung, que se murió en 1976, muy poco tiempo antes de que Griñán se incorporase a la Junta de Andalucía. Aún así, el presidente le reprochó al Partido Popular que son «los mismos de hace treinta años».

Griñán y el alquimista. Sí. El alquimista que se llamaba Narciso.

Etiquetas: