El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

18 junio 2010

Desnorte eclesial



A la jerarquía de la Iglesia católica no hay quien la entienda; desconciertan tanto con algunas de sus decisiones que esta sucesión de disparates debe obedecer a una razón superior, como si estuvieran representando delante de todos ‘la parábola del cura errante’. Cuando más sensatez se necesita, cuando más falta hace que la Iglesia católica se ofrezca de ejemplo de religión evolucionada, moderna, capaz de entender y explicar la complejidad de estos tiempos; cuando más la necesitamos como ejemplo de iglesia evolucionada frente a otras religiones estancadas en la Edad media, la jerarquía eclesiástica se empeña en ofrecer su cara más cerrada, más antigua, más sectaria. Cuando la sociedad necesita más su ejemplo, en el momento en el que tendría que rescatar su mejor pasado, su presencia en el origen mismo de los valores esenciales del humanismo y del progreso social, de la igualdad entre todos los hombres y la solidaridad, en este momento histórico a los purpurados le salen a borbotones discursos retrógrados y superficiales.

Habrá habido muchos momentos en dos mil años de historia en los que la Iglesia ha jugado un papel trascendental, aunque no siempre acertado, pero son, quizá, estos años del nuevo siglo cuando más la religión católica es necesaria como referente moral en la sociedad. Y no verlo así, no entenderlo así, puede ser un error irreparable en el futuro. Si ante la incertidumbre y los vaivenes sociales de este principio de siglo, la respuesta de la Iglesia católicas es enrocarse en sí misma, lo peor no será que progresivamente vayan mermando los fieles; no, lo peor será el daño a la sociedad por haber eludido su responsabilidad, por haber hurtado su ejemplo. Si ante el avance del fundamentalismo islámico y el efecto mimético que ejerce para la radicalización de otros movimientos, la Iglesia católica no es capaz de volcarse en la otra balanza, lo peor no será el empobrecimiento de su discurso, sino el deterioro social. Si ante el desplome moral de la sociedad, la Iglesia se mantiene en sus postulados más rancios, frente a los preservativos, frente a la homosexualidad, lo peor no será su estancamiento, sino el atraso de todos.

Pero deben haber entendido que, para adaptarse a los nuevos tiempos, lo esencial es el espectáculo. Quizá por eso, los pasos de Semana Santa van ahora de un lado para otro, como estrellas mediáticas. Primero, la Macarena, que este verano se irá en su palio hasta el estadio olímpico de Sevilla para presidir una beatificación. Sí, ha leído bien, el palio de la Macarena en el estadio olímpico. Y luego, el año que viene, un desfile de pasos procesionales en Madrid, un vía crucis reverencial para el Benedicto XVI. Desde Cibeles hasta Colón, pasos de toda España, entre ellos el Cristo de la Legión de Málaga. Es curioso porque lo que la Iglesia le ha reclamado siempre a las hermandades es que no se conviertan en un espectáculo frívolo, fuera de su contexto, es decir, justo lo contrario de lo que predica ahora con el desfile madrileño. Tanto es así que al arzobispo de Sevilla le ha dado por decir que las hermandades que han rechazado acudir al desfile madrileño tienen un "déficit de eclesialidad".

No, no son esos desfiles de pasarela, desde Cibeles a Colón, lo que los tiempos están reclamando de la Iglesia. No es ése el déficit de eclesialidad. Para adaptarse a los tiempos, no hacen falta atajos mediáticos. Lo que hace falta es un referente moral; una Iglesia comprometida, rigurosa, abierta y tolerante.

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1 Comments:

At 22 junio, 2010 10:56, Blogger José Manuel Guerrero C. said...

"...un vía crucis reverencial para el Benedicto XVI."
Oiga, cuide la prosa, que se le nota el colmillito.

 

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