El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

12 julio 2009

España efímera



Es imposible establecer alguna conexión entre el presente y lo que soñó Antonio Machado en 1912 en ‘Campos de Castilla’, pero ¿será Zapatero el joven lechuzo y tarambana que habría de llegar al futuro de España? Va para cien años y la relectura de aquellos poemas acaba helando la sangre de cualquiera cuando se repara en la persistente incapacidad para orientar el futuro o en la eterna insatisfacción de la sociedad española.

En ‘El mañana efímero’, Machado vuelve a recrear la España de Don Guido, «la España de charanga y pandereta, cerrado y sacristía, devota de Frascuelo y de María», para añadir al instante una previsión de futuro: «Será un joven lechuzo y tarambana,/ un sayón con hechuras de bolero,/ a la moda de Francia realista/ un poco al uso de París pagano/ y al estilo de España especialista/ en el vicio al alcance de la mano/».

Ha llegado el poema al contemplar el crepitar autonómico de estos días en los que toda ambición de un futuro coherente y solidario se deshace en el panorama que se dibuja con la financiación autonómica o la impresionante debilidad del máximo tribunal español, el Tribunal Constitucional maniatado y servil. Si debemos tomarnos en serio el sistema de financiación para el desarrollo futuro y la estabilidad del estado de las autonomías, ¿cómo se puede asumir esta negociación en la que el único interés del Estado radica en satisfacer las demandas de una región, Cataluña, y, a partir de entonces, intentar contentar a las demás con los restos? Si debemos tomarnos en serio que el imperio de la Constitución es esencial para la confianza en el Estado de Derecho, ¿cómo se puede asumir que el Tribunal Constitucional no se atreva a hacer pública la sentencia sobre el Estatuto de Cataluña hasta que los hechos desbaraten toda posible enmienda? Si debemos tomarnos en serio la autonomía andaluza, ¿cómo se puede asumir que las regiones pobres hayan aceptado que el sistema de financiación consagre el principio de ‘déficit fiscal’ de las regiones ricas, postergando la solidaridad y el reequlibrio territorial?

Dicen que antes de que se acabe julio se habrá cerrado el sistema de financiación y que luego, antes del otoño, el Tribunal Constitucional hará pública al fin se sentencia. Pero, aunque se rodee del protocolo y la solemnidad de las grandes ocasiones, ni el pacto de financiación ni la sentencia serán creíbles. Ni estables, que es lo peor.

Machado nos dejó dos poemas conectados sobre la realidad española, la sociedad cerrada y rancia, caciquil y analfabeta, de casino y cofradía, «el pasado efímero», y una sociedad que habría de llegar, una España esforzada emprendedora, de cincel y de ideas, «el mañana efímero». Se van a cumplir cien años de aquellos poemas. Y seguimos esperando el futuro esperanzado. Quizá porque lo nuestro no sea ni aprender del pasado ni construir en el mañana, sino este presente efímero en el que vivimos instalados. «El vano ayer engendrará un mañana/ vacío y ¡por ventura! pasajero». España efímera.

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2 Comments:

At 13 julio, 2009 13:02, Blogger Lopera in the nest said...

Javier, de este magnífico post y del anterior me está asaltando una duda: Me da la impresión de que esta gente del PSOE está comportándose de forma similar a como lo hicieron en el Ayuntamiento de Marbells antes de la llegada de Jesús Gil. Parece como si llevarnos hasta el límite, como ellos sólo saben hacerlo, puede conducir que aparezca el primer demagogo populista y con cuatro ideas simples sea capaz de ganar unas elecciones generales con una mayoría absoluta y aplastante.
Mi gran miedo es que este tipo de "populistas", lo primero que recortan son las libertades, y lo segundo que hacen es permitir y abusar de una corrupción generalizada. O sea ...

 
At 13 julio, 2009 20:03, Blogger cigarrera said...

A mi juicio el PSOE debería desprenderse de todas las letras que le "sobran".

En primer lugar la E, porque es un partido de parte de España, en el País Vasco es el PSE, en Navarra el PSN y en Cataluña el PSC, y bien que hacen valer que son otro partido porque amenazan constantemente con romper la disciplina de voto con sus 25 diputados. En el resto de España son federaciones del PSOE.

En segundo lugar la O, anacronismo que da risa ¿habrá obreros afiliados al PSOE o todos son cargos públicos?.

Por último la S también sobra, porque ni los partidos más conservadores de cualquier país civilizado discuten el principio de progresividad de los tributos y que sean los que más tienen los que más aporten. A nadie se le ocurriría decir que Amancio Ortega, por ser uno de los mayores contribuyentes, debería recibir más servicios públicos que un mileurista (p.ej. reservar un ala entera de un hospìtal público en exclusiva para su familia), sino al contrario, precisamente los que tienen menores rentas necesitan recurrir a la enseñanza, sanidad, etc. públicas por no tener recursos para acceder a servicios privados.

Así que sólo queda la P, el Partido, que además creo que es así como lo llaman sus propios miembros.

 

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