El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

01 enero 2009

Oportunidad



«No consigo pasar los años sin dejarme un rasguño en el tránsito. Paso las horas de la nochevieja, cruzo la línea invisible que marcan las doce campanadas y al atravesarla, como si los años fueran campos separados por una alambrada de púas, siento el dolor inevitable de una herida. A veces un rasguño, a veces una punzada profunda. Cruzo los años y mi cara, mis piernas, mis manos y mi espalda se van cubriendo de cicatrices».

Desde abajo, desde el soportal de un hotel de playa en el Cabo de Gata, sólo es posible verlo a él, meditando, asomado a una terraza que da al mar. El fin de año ya pasó; no hay gritos, ni música ni cohetes. Queda encendida la estrella de luces intermitentes de un aparcamiento subterráneo, y el clic-clac de las bombillitas es lo único que puede oírse en la madrugada. El mar ha vuelto a imponer su silencio de oleaje en calma, que siempre ha sido para él una metáfora de esta vida que no se detiene ante nada, que no cambia por nada, que no se altera con nada. La vida sigue su ritmo. Y él observa esa rutina ahora que la acera es una alfombra pegajosa de confetis y espuma de cava barato; ahora que el estruendo se ha convertido en resaca.

«No tendría que ser así, pero no consigo evitarlo. Llega la Nochevieja, suenan las doce campanadas y, cuando pienso en algún deseo para el nuevo año, no logro separar la ilusión de la nostalgia. Lo uno y lo otro se sobreponen como si llegaran de la mano. Un globo que se eleva atado a un peso de plomo. Los amigos muertos, las oportunidades desperdiciadas, los trabajos inacabados y los besos que no dimos. Y todo eso volverá en el nuevo año. ¿De qué nos sirven los deseos?»

La negrura del mar comienza a desvanecerse ya con la aureola lejana del sol y él aún está en la terraza del hotel, apurando una copa de champán y unos cigarrillos. Amanece un año distinto y en las noticias ya se cuenta el primer asesinato del año, la primera tragedia en un país lejano, la primera quiebra, el primer bombardeo… ¿Lo primero? ¿Por qué? Es mero formulismo, un intento baldío de camuflar que nada cambia. Y el joven que ha matado a su padre en Cádiz y los cuerpos calcinados en una discoteca de Tailandia ya son heridas, aldabonazos de la vida, para recordarnos que todo seguirá igual.

«La rutina, sí, la rutina de la vida. Pero, por qué ha de ser malo ¿No es acaso esa rutina la principal esperanza de pervivencia del ser humano? La rutina es la demostración de que nada es inmortal, ni los hombres ni las cosas; la garantía de que siempre llegará un tiempo nuevo. Por eso el mar es la metáfora de todas las cosas, porque las olas se suceden, alisan la arena, y se retiran con un murmullo breve de espuma. Somos rutina, somos efímeros. Por eso hay esperanza».

El sol ya era dueño del nuevo día cuando volvió la mirada al interior de la habitación y calculó su espacio vacío al otro lado de la cama. «Por eso hay esperanza», repitió en voz baja y comenzó a sonreír. Al fin y al cabo, como dijo el poeta, «la vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir». Acaba de amanecernos una oportunidad más.

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3 Comments:

At 02 enero, 2009 23:37, Blogger Javier Torres said...

¿Hay oportunidad real de que se produzca un cambio de gobierno en Andalucía?

 
At 04 enero, 2009 10:44, Blogger Lopera in the nest said...

¿Hay oportunidad real de que los andaluces produzcan un cambio de gobierno?

 
At 03 abril, 2020 19:51, Blogger yanmaneee said...

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