El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

14 abril 2008

La risa


Desde ‘El nombre de la Rosa’, la memorable novela de Umberto Eco, la fantástica película de Jean Jacques Annaud, a muchos se nos han quedado grabadas aquellas escenas de los monjes asesinados, con la yema de los dedos y la lengua manchados de azul por la tinta venenosa de los libros prohibidos porque contenían escenas eróticas o hilarantes. En la oscuridad de la Iglesia de la Edad Media, la condena de la risa era la condena de la libertad de pensamiento, de persecución implacable de cualquier apertura. ‘El hombre piadoso debe contener la risa cuando le sobrevenga un ataque, porque de todas las formas malignas de expresión, la risa es la peor, la que contamina más a la boca’, se detallaba en la Regula Magistri, una de las órdenes que regulaban la vida monástica en el siglo VI. En esas normas se inspiraría Humberto Eco.

Por fortuna, la Iglesia católica se sacudió hace muchos siglos la Edad Media, pero ya vemos que en otras religiones, como en el Islam más fundamentalista, la risa, la caricatura, todavía conduce a la muerte. Se persigue la risa porque la ironía siempre ha sido una forma eficaz de rebeldía, de contestación. La risa incluso como expresión de dignidad, porque una simple sonrisa desarma la opulencia, hace que se desmorone el boato servil del poder. La risa también como método de análisis de la realidad. Como Sócrates, que usaba la ironía para acercarse a quienes presumían de sabiduría; se presentaba ante ellos como un aprendiz y los dejaba desnudos frente al espejo de su ignorancia.

Hace unos días, un juez decidió archivar la querella criminal que un hermano de Chaves puso contra media redacción de este periódico, entre los que me encontraba. De aquella querella, lo que más me llamó la atención era el motivo por el cual Antonio Chaves consideraba que debía ser condenado por la vía penal por uno de estos artículos. “Javier Caraballo firma un artículo titulado 'Chanson', donde se ironiza, ridiculiza y afrenta a los hermanos Chaves", decía en su denuncia. Si alguien necesita aún más evidencias de los tics de régimen de Chaves, en esa querella encontrará argumentos inesperados y pintorescos. Si alguien necesita aún más evidencias de la paranoia obsesiva de Chaves contra este periódico, en ese párrafo encontrará algunos retazos del delirio. Si alguien necesita aún más evidencias de la degeneración hegemónica de este personal, en esa denuncia encontrará los límites que hasta ahora ningún presidente en España había rebasado.

La condena de la risa; la ironía es una afrenta. Chaves confunde la dignidad institucional y el respeto con la reverencia y la sumisión. De ahí esa querella. Pero la han archivado, y ha sido entonces cuando se imagina a este personal cociéndose en el ridículo de su ira, caricaturizados con los hábitos del abad que condenaba la risa en el monasterio medieval. En vez de la cruz, esgrimen el histórico símbolo del puño cerrado del PSOE. Tropelías de unos y otros, los dos en nombre de la rosa.

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